viernes, 14 de octubre de 2016

CONSUMADO ES!! Y TU,??



Todo está Consumado...!!!





Fue ésta la sexta palabra de Jesús en la Cruz. Se puede

 interpretar como la proclamación en boca de Cristo del

 cumplimiento perfecto de la Sagrada Escritura en su 

persona. Ésta palabra pone de manifiesto que Jesús era 

consciente de que había cumplido hasta el último detalle 

su misión redentora y la culminación del programa de su

 vida.  Todo estaba ya cumplido. La obra redentora había

 llegado a su fin, a su plenitud. Toda esperanza se había

 colmado. Toda predicción había sido superada. Ya no 

podía hacer nada más por la humanidad, obstando por 

dejar  la cruz como punto de contacto entre la divinidad 

y el género humano.








  
Cristo en ese instante ya había cumplido su misión en la 


tierra, pero cuantas veces el ser humano llega a consumar 

sus hechos sin haber culminado el objetivo primario. Sin

 haber cubierto a plenitud todos aquellos procedimientos 

que conformaron su vida. Violentando aquellos tiempos 

para reír, esos tiempos para amar,  soñar, para perdonar 

y para olvidar; sencillamente violentando el tiempo de vivir.




  
Cuan tonto es aquel que no aprovecha el tiempo, por vivir


 sumido en temas banales, llegando a consumar una 

relación sin plenitudes en su vida, dejando tantos cabos 

sueltos por no detenerse a precisar las realidades, 

depreciando por puras y simples inobservancias tantas 

cosas maravillosas que la vida nos proporciona y por 

ingenuas tonterías y pequeñeces, se cae en un mundo de 

indefiniciones, rodeado de nebulosas que llegan a 

apoderarse de todo su sentir, consumando un proyecto de 

vida colmado de imperfecciones que se interponen en el 

sendero de la plenitud, en su felicidad y más que eso, en 

sus realizaciones.





Cuando el ser humano llega a entregar su espíritu sin 


consumar los hechos o consumar los hechos sin lograr los 

objetivos, sencillamente puede considerarse como un 

tiempo perdido. Ha dejado su obra a  medias. Hay otros que 

tratan de completar al apuro lo que no pudieron hacer antes, 

en los últimos minutos. No hay nada más hermoso que 

tener la satisfacción de entregar la obra completa cuando te 

toque partir de una relación, de un evento o en última 

instancia de este mundo.  No hay manera de volver atrás. 

Todos los momentos de la vida son únicos e irrepetibles. 

Vívelos y disfrútalos como si fuera el último momento de tu 

vida, para que la consumación te sorprenda envuelto en un 

mundo de pura satisfacción!







Ing. Ramón Leonardo