Todo está Consumado...!!!
Fue ésta la sexta palabra de Jesús en la Cruz. Se puede
interpretar como la proclamación en boca de Cristo del
cumplimiento perfecto de la Sagrada Escritura en su
persona. Ésta palabra pone de manifiesto que Jesús era
consciente de que había cumplido hasta el último detalle
su misión redentora y la culminación del programa de su
vida. Todo estaba ya cumplido. La obra redentora había
llegado a su fin, a su plenitud. Toda esperanza se había
colmado. Toda predicción había sido superada. Ya no
podía hacer nada más por la humanidad, obstando por
dejar la cruz como punto de contacto entre la divinidad
y el género humano.
Cristo en ese instante ya había cumplido su misión en la
tierra, pero cuantas veces el ser humano llega a consumar
sus hechos sin haber culminado el objetivo primario. Sin
haber cubierto a plenitud todos aquellos procedimientos
que conformaron su vida. Violentando aquellos tiempos
para reír, esos tiempos para amar, soñar, para perdonar
y para olvidar; sencillamente violentando el tiempo de vivir.
Cuan tonto es aquel que no aprovecha el tiempo, por vivir
sumido en temas banales, llegando a consumar una
relación sin plenitudes en su vida, dejando tantos cabos
sueltos por no detenerse a precisar las realidades,
depreciando por puras y simples inobservancias tantas
cosas maravillosas que la vida nos proporciona y por
ingenuas tonterías y pequeñeces, se cae en un mundo de
indefiniciones, rodeado de nebulosas que llegan a
apoderarse de todo su sentir, consumando un proyecto de
vida colmado de imperfecciones que se interponen en el
sendero de la plenitud, en su felicidad y más que eso, en
sus realizaciones.
Cuando el ser humano llega a entregar su espíritu sin
consumar los hechos o consumar los hechos sin lograr los
objetivos, sencillamente puede considerarse como un
tiempo perdido. Ha dejado su obra a medias. Hay otros que
tratan de completar al apuro lo que no pudieron hacer antes,
en los últimos minutos. No hay nada más hermoso que
tener la satisfacción de entregar la obra completa cuando te
toque partir de una relación, de un evento o en última
instancia de este mundo. No hay manera de volver atrás.
Todos los momentos de la vida son únicos e irrepetibles.
Vívelos y disfrútalos como si fuera el último momento de tu
vida, para que la consumación te sorprenda envuelto en un
mundo de pura satisfacción!
Ing. Ramón Leonardo