miércoles, 14 de diciembre de 2016

MIS DERECHOS ESPIRITUALES







¿Cuáles son mis derechos?











El Señor le contestó:


«“¿Te parece bien enojarte así?”» Jonas 4:4



“La gente solo se preocupa por sus derechos. 

Debemos recordar que tambien tenemos  deberes

 y responsabilidades, es un acto de valor”. 

Mahatma Gandhi




 Dios le hace una pregunta en el libro de Jonás 

al profeta: 


«¿Te parece bien enojarte así?» (4:4), o lo que es 

lo mismo:


 «¿Qué derecho tienes a enojarte tanto por una 

decisión que he tomado yo, en mi sabiduría infinitamente

 superior a la tuya? Cumple con tu responsabilidad y punto».



 Esta exhortación debió haber llevado al profeta a

 reconsiderar su concepto de Dios y del mundo; a cuestionar 

sus propios prejuicios; y a replantearse hasta dónde llegaban

 sus derechos y dónde comenzaban sus deberes. ¿Cuáles

 eran más importantes?







En los tiempos que corren, en que vivimos sumamente 

preocupados por nuestros derechos individuales y muy 

poco conscientes de nuestras responsabilidades hacia Dios 

y hacia la humanidad, la pregunta de Dios es oportunísima.









 ¿Qué derecho tengo a ciertas actitudes, conductas 

y planes? ¿Pueden estar por encima de los deberes

 y responsabilidades que el Señor me ha indicado respecto

 a su creación y a sus criaturas? El siguiente escrito anónimo

 nos ayudará a reflexionar sobre estas cuestiones.








<<Tenemos derecho a enfadarnos, pero sin pisotear 

a nadie>>.



<<Tenemos derecho a regañar a nuestros hijos, pero no 

a romper sus ilusiones>>.


<<Tenemos derecho a tomar una mala decisión, pero no 

a quedarnos estancada en ella.


<<Tenemos derecho a pensar en el futuro, sin olvidar

el presente.


<<Tenemos derecho a buscar  superación, pero sin dejar

 al margen tus valores>>.









<<Tenemos derecho a triunfar, pero no a costa de otros>>.


<<Tenemos derecho a inventar, pero sin olvidar a Dios>>.


<<Tenemos derecho a vivir bien, compartiendo con los 

menos afortunados>>.


<<Tenemos derecho a desanimarnos, pero no a perder

 la esperanza>>.


<<Tenemos derecho a la justicia, pero no a confundirla 

con venganza>>.


<<Tenemos  derecho a un mañana mejor, pero no 

cimentado en un hoy fraudulento>>.









Debemos pensar que quizás  tenemos que

  replantearnos de nuevo, cuáles son nuestros derechos 

en función de los deberes y responsabilidades que 

tenemos primero hacia Dios, y que son infinitamente 

más importantes nuestra manera egocéntrica de 

entender el mundo.





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