sábado, 8 de abril de 2017

"CRISTIANOS O FARISEOS"??












“¡Perdónalos que no saben 


lo que hacen!"








Ninguna persona puede, sin comprometer


seriamente su alma y su fe, usar el nombre 


de Dios para imponer a otros sus pretensiones


 políticas mundanas.




Esto, es sobrepasar los linderos más sagrados


de la fe en Dios, con el propósito de manipular,


 perversamente, a los cristianos que, temerosos 


de Dios, se dejan llevar por las posiciones


farisaicas de aquel que mezcla, sin criterio y 


con mala intención, las comunidades cristianas 


y católicas, en provecho propio y con el 


propósito de favorecer sus intenciones


 desbordadas de poder, alimentadas de soberbia, 


y sin medir las consecuencias que tiene 


su tremenda irresponsabilidad.












Dios está al lado de los pobres y los humildes,


de los desplazados, de toda aquella gente de 


bien a la que han usurpado sus tierras, sus


 derechos civiles y naturales, con la complicidad


 de aquellos movimientos paramilitares 


con quienes se acompaña el que se 


cree enviado de Dios.



Ese que anda haciendo proselitismo político 


en favor de terratenientes y los que con él se 


hacen elegir en cargos públicos, de manera 


ilegal y corrupta, como ha sido suficientemente


 probado por tribunales y jueces competentes. 




Ese que ha vendido su alma al diablo, a cambio


 de favores que compran posiciones y arman


 cadenas de intereses venales para asegurar 


sus enclaves de poder en el Estado.









¡Nadie puede hacer política a nombre de Dios!



 Mucho menos, descartando a los otros


 movimientos, como si estos no tuvieran 


derecho a invocar Su Nombre por no


ser de su ideología política.



Ofende a Dios quien usa su nombre en vano. 




Como claramente lo indica el segundo


mandamiento del Catecismo de La Iglesia


Católica:













“No usarás el Nombre de Dios en vano”


Jesús hablaba muy claro; de manera directa y 


sin tapujos, contra el descaro de estos fariseos.

Para que no se dejen engañar, les transcribo


 la palabra de Cristo al respecto:



“En la cátedra de Moisés se han sentado los 


escribas y los fariseos. Haced y cumplid todo 


cuanto os digan; pero no obréis como ellos, 


pues dicen pero no hacen. Atan cargas pesadas


 e insoportables y las echan sobre los hombros


de los demás, pero ellos ni con uno de sus dedos


 quieren moverlas. Hacen todas sus obras para


que les vean los hombres. Ensanchan sus 


filacterias y alargan sus franjas. Anhelan los 


primeros puestos en los banquetes, los 


primeros asientos en las sinagogas y 


que les saluden en las plazas” 


(Mateo 23 2;13)









“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, 


que cerráis el Reino de los Cielos a los hombres


! Porque ni vosotros entráis, ni dejáis entrar


a los que quieren entrar.” 


(Mateo 23 13;14)



“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,


 que vais dando vueltas por mar y tierra para


hacer un solo prosélito y, en cuanto lo conseguís,


 le hacéis hijo del infierno dos veces más


que vosotros!” 


(Mateo 23 15)



“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, 


que os parecéis a sepulcros blanqueados, que 


por fuera aparecen hermosos, pero por dentro


 están llenos de huesos de muertos y de toda


 podredumbre! Así también vosotros por fuera 


os mostráis justos ante los hombres, pero por


 dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.” 


(Mateo 23 27;28)




“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,


 que edificáis las tumbas de los profetas y 


adornáis los sepulcros de los justos, y decís:












«Si hubiéramos vivido en tiempos de nuestros


 padres, no habríamos sido sus cómplices


 en la sangre de los profetas!». 




Así pues, atestiguáis


 contra vosotros mismos que sois hijos de los 


que mataron a los profetas. Y vosotros, colmad 


la medida de vuestros padres.” 


(Mateo 23 29;32)




“¡Jerusalén, Jerusalén!, que matas a los profetas 


y lapidas a los que te son enviados. Cuántas


veces he querido reunir a tus hijos, como la 


gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, y no


 quisiste. Mirad, vuestra casa se os va a 


quedar desierta.” 



(Mateo 23 37;38)









“Entonces, si alguien os dijese: «Mirad, el Cristo


 está aquí o allí», no os lo creáis. Porque surgirán


 falsos mesías y falsos profetas, y se presentarán


con grandes señales y prodigios para engañar, 


si fuera posible, incluso a los elegidos. Mirad 


que os lo he predicho. Y si os dijeran que está 


en el desierto, no vayáis; o que está en un 


lugar oculto, no os lo creáis” 



(Mateo 24 23;26)




                                                         Jairo A. Trujillo Amaya.-





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