sábado, 30 de septiembre de 2017

"DECRETO", "DECLARO" ORACIÓN O PREPOTENCIA...










Un corazón humillado






Dios es soberano, por eso la Biblia no puede apoyar

 estas modernas oraciones arrogantes, prepotentes, con

 "Yo" decreto" con "Yo" declaro", queriendo imponer 

a Dios la voluntad de hombre. 



En la Biblia vemos a Ana: 



"Si te dignares a mirar

la aflicción de tu sierva"...


1 Samuel 1:11



Jesús nos enseñó a orar:

 "Hágase tu voluntad, así en el cielo como en la tierra" 

él mismo oró: "Pasa de mi esta copa, pero que no se

 haga como yo quiero, sino como tu quieras".



Mateo 26:39  y  Lucas 22:42



Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez;

    ¡no profieran palabras soberbias!


El Señor es un Dios que todo lo sabe,


    y él es quien juzga las acciones.



1 Samuel 2:3










Ante cualquier tormenta, pidamos con fe, al Dios 

poderoso y soberano, para que su perfecta voluntad

se haga efectiva en nosotros.


Nuestras oraciones deben ser humildes y reverentes, 

con corazón quebrantado y humillado, seguros de que 

hablamos con un Dios soberano, sabio, 

misericordioso y todopoderoso. 


Bendecidos!!!







sábado, 23 de septiembre de 2017

DAVID...BIOGRAFÍA DE UN REY.







Relato de uno de los 

personajes Bíblicos más 

intensos apasionantes




Nuestra historia comienza en 1045 a.C. en Belén, 

territorio Israelita. David tiene 10 años de edad y 

se está preparando para pastorear el rebaño de 

ovejas de su padre, Jesé (Isaí). David, siendo el 

menor, se convierte en el sirviente de la casa, 

relegado en relación a los demás ya que sus 

hermanos ocupan una posición privilegiada y 

de honor en su familia por ser valientes guerreros

 del Rey Saúl.


David perteneció a la familia de Isaí, de la tribu de Judá. 

Según 1 Samuel 16:11 y 17:12, era el menor de los ocho 

hijos de Isaí y, como era costumbre en esos tiempos, el 

menor era el más postergado y al que se le daban las 

tareas pastoriles. Tres de sus hermanos mayores fueron 

soldados del rey Saúl. Samuel, el profeta, viajó hasta 

Belén, por mandato de Dios, para buscar al nuevo 

«ungido». Los candidatos -dijo Dios- debían ser de la 

familia de Isaí.



David, al servicio del rey Saúl




David crece, y se convierte en un gran pastor, pero 

continúa siendo amoroso, humilde y sensible, y siempre 

en compañía de su arpa con la cual declama bellos 

salmos y oraciones a Dios. Con la gracia de Dios,

 fue nombrado músico a cargo de arpa y paje de 

armas. Estas tareas las compaginaba con su trabajo

 como pastor. Tan bueno era tocando el arpa que, 

escuchando la melodía, el rey Saúl le concedió su

 buena disposición.

Saúl por su parte, desobedece las leyes de Dios y el 
mismo Dios, a través de su profeta Samuel, le notifica que 
pondrá en su lugar a alguien que sea mejor que él, alguien 
que tenga el corazón de Dios. Dicho eso, el espíritu de 
Dios se retira de Saúl y él pasa a ser atormentado por un 
espíritu maligno.



David y Goliat


Israel, bajo las órdenes del rey Saúl, estaba en 

guerra con los filisteos y ellos tenían un líder especial: 

un gigante llamado Goliat. Éste desafió al ejército israelí 

durante 40 días, proponiendo que escogieran a su mejor 

hombre y que se enfrentara a él. Si ganaba Goliat, los

 israelíes serían esclavos de los filisteos. Si ganaba el 

mejor hombre israelí, los filisteos serían esclavos 

de Israel.


David, cuyo padre le había pedido que viajara al 

campamento para saber cómo estaban sus hermanos 

mayores y llevarles algo de comida, escuchó el desafío 

del gigante (1 Sam 17:8,9). Según la Biblia, la condición 

de pastor llevó a David a estar preocupado por defender a 

sus rebaños de los ataques de fieras salvajes y, utilizando 

su talento, cogió un cayado y una honda. Con ello se 

presenta ante el rey Saúl y se propone a ser quién luche 

contra el gigante. En definitiva, un niño iba a ser el 


mejor hombre de Israel. Para los hebreos, éste es un



 momento crucial para definirse como

 nación autónoma.
"Toda la Tierra sabrá que hay Dios 
en Israel."David (1 Sam 17:46,47)

Primero se vistió con la armadura del rey, pero, al no 

estar acostumbrado a utilizarla, se deshizo de ella y

 se dirigió al campo de batalla con su honda. Por el 

camino recogió cinco piedras lisas en un arroyo

 y se plantó delante del gigante Goliat. 


Éste se burló de él, pero el pequeño David 


le estampó una piedra en la frente y, cuando 



cayó, aprovechó para cortarle la cabeza, con la 


espada del propio Goliat. Esa fue una de las 

primeras victorias de David.





David, el fugitivo


Después de vencer al gigante, David consiguió la 

confianza de los criados y del pueblo. Y, precisamente 



eso, produjo los celos del rey Saúl, que ordenó



 capturarle. David tuvo que huir al desierto con un 


grupo de seguidores y se convirtió en el paladín 

de los oprimidos. 




Allí aceptó la protección del rey filisteo Aquis de Gat, 

enemigo de Israel, y situó a su familia y los suyos en la 

ciudad filistea de Siclag. Cuando Aquis se fue a la guerra 

contra el rey Saúl, David no pudo acompañarle porqué los 

otros nobles no confiaban en él.




David, rey de Judá


Esta batalla, que tuvo lugar en Gilboá, acabó con la vida 

del rey Saúl y de su hijo Jonatán, amigo de David. La 

Casa de Saúl estaba prácticamente anulada y David se 

dirigió a la ciudad de Hebrón para ser nombrado rey de 

Judá. Pero, los norteños no estaban de acuerdo con tal 

decisión y buscaron a un descendiente lejano del difunto 

rey para nombrarle como sucesor. El escogido fué

Isbosetal que nombraron rey. Éste intentó ganarse 


la confianza del reino, pero dos caudillos seguidores de 

David decidieron asesinarle en su propia casa. Cuando se 

presentaron ante el rey David esperaban una recompensa, 



pero se encontraron con la muerte. David no estuvo de


 acuerdo con la muerte de su enemigo y decidió 

ejecutarles por asesinato.



David es considerado como un rey justo, valiente, 

apasionado; guerrero, músico y poeta, pero un rey, 

también, no exento de pecados. Se le atribuye la 


autoría de gran parte del Libro de los Salmos



Aparentemente vivió entre los años 1040 y 966

a.E.C., reinó en Judá entre el 1010 y 1006

 a.E.C. y sobre el reino unido de Israel entre 

el año 1006 el 966 a.E.C..




Los Libros de Samuel son la crónica principal de su



 vida y su reinado, continuando con sus descendientes


en el Libro de los Reyes. Se han preservado pocas

 referencias arqueológicas, pero la estela de Tel Dan

 y la estela de Mesha podrían determinar la existencia,

 a mediados del s. 




IX a. C., de una dinastía real hebrea llamada «Casa 



de David». Además de existir otras referencias en 


este grabado sobre la descendencia del rey David. 

Así también, la costumbre de dejar genealogías en

 las familias hebreas lo hace aparecer en varias de

 ellas en la misma Biblia.




La vida de David es importante para el Judaísmo

el Cristianismo y el Islam. Su biografía se basa casi 

exclusivamente en los libros de Samuel, donde se 

lo describe además como «rubio, de hermosos 

ojos, prudente y muy bella presencia.»


Jerusalén como capital


El rey David era el líder de una Teocracia que pretendía 

instalar «el reino de Dios en la Tierra». Por su parte, el 

rey Hiram de Tiro envió mensajeros a la capital y comenzó 

a suministrarle a David madera de cedro, carpinteros y 

albañiles para que pudiera construirse la casa de David. 

Éste quería construir un templo, pero el profeta Natan le 

dijo, por orden de Dios, que el templo debía esperar una 

generación, pues se habían cometido muchos crímenes. 

Eso sí, Dios hizo un pacto con el rey David: la Casa de 

David nunca se extinguiría.

"Tu trono será establecido   
 para siempre".

Dios al rey David


David conquistó Soba, Aram (la actual Siria), 

Edom y Moab (la actual Jordania), así como 

las tierras de los filisteos y de otros territorios.



 En muchos casos exterminó gran parte de 

sus habitantes.






Durante el sitio de Rabbah, el rey David decidió 

no ir a la batalla y quedarse en Jerusalén. Después 

de una siesta y desde la terraza, el rey observó que, 

en una casa vecina, una hermosa mujer estaba 

bañándose. David quedó prendado de ella y quiso 

saber quién era: Betsabé, la mujer de un soldado, hitita 

principal llamado Urías que estaba luchando en el sito 

de Rabbah. Pero, ni eso paró al rey. La dejó embarazada

 mientras su marido luchaba en el sitio y el adulterio 

de la mujer, en Israel, era penalizado con la muerte. 

Con tal de evitar esto, David pidió a su marido que 

volviera del sitio y hacerle creer que él mismo habia

 embarazado a su mujer. Pero, no lo consiguió. 


Urías se negó a quedarse en casa, con su mujer, 

mientras sus compañeros luchaban en la batalla.



El rey David, preocupado por perder a la mujer

 de la que estaba enamorado, decidió cambiar su 

estrategia. Pidió al comandante del sitio que situara

 al hombre en el lugar más difícil de la batalla, con 

la intención de que muriera en combate. Así, nadie 

sospecharía del adulterio y el rey podría seguir con 

Betsabé. Se casó con ella y llegó a ser su 

esposa preferida.




El profeta le advirtió que Dios le quitaría la tranquilidad y 

que le enviaría zozobras continúas, que su reinado sería 

agitado, lleno de disturbios civiles violentos e intrigas. Y 

también le advirtió que él no moriría por haber dejado 

embarazada a una mujer casada y haber ordenado la 

muerte de su marido, pero que sí lo haría el hijo que iba


nacer. Su hijo vivió siete días, durante los cuales el rey 

ayunó. Pero, cuando murió, el rey se vistió y volvió a 

comer. Sus sirvientes le preguntaron porqué se lamentó 

cuando su hijo todavía estaba vivo, pero no cuando ya 

había muerto.

"Mientras el niño aún vivía,
yo ayunaba  lloraba. Pensaba que tal vez el
Señor tendría compasión de mí y que el niño
pudiera vivir. Pero, ahora que ha muerto,
¿por qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle
volver? Yo voy a él, pero él no volverá a mí."

Rey David, a sus siervos.


La rebelión de Absalón


Los errores del rey fueron la causa Tal como lo había 

profetizado Natande diversos trastornos y zozobras a 

la llamada Casa de David. Uno de sus hijos, Absalón

se rebeló contra su padre y llegaron a luchar por el 

derecho al trono. Un día, Absalón quedó atrapado

 por su cabello en las ramas de un roble y Joab, el 

comandante de tropas de David, le clavó tres 

flechas y lo mató (2 Samuel 18:14). Así, toda 

una facción festejaba esa muerte como una victoria, 

pero, cuando la noticia de la victoria fue llevada 

al rey David, éste no se alegró: 

"¡Oh hijo mío, Absalón,
hijo mío, hijo mío Absalón!
Me habría muerto en lugar
de ti, Absalón, hijo mío, mi hijo!".

Rey David al saber la muerte de su hijo y rival.


Todo ese tiempo de conflictos deterioraron la imagen de 

David y su espíritu. Los sinsabores continuarían, pues su 

hijo Adonías también pretendía reinar. Ambicionó el trono 

de su padre, que ya había perdido gran parte de su 

anterior prestigio.


Recta final


El rey David, ya anciano, estaba postrado en la cama y su 

hijo Adonías aprovechó este hecho para proclamarse rey. 

Betsabé y el profeta Natan, conociendo la actitud hostil del 

joven, pidieron a David que nombrara como heredero a 

otro de sus hijos. Concretamente a Salomón. Éste había 

sido elegido por Dios y este acuerdo entre David y su 

mujer preferida sólo concretaba los designios divinos.

"No derramar sangre.  No buscar
revanchas y seguir los preceptos del Señor"
Consejo del rey David a su hijo y heredero al
trono Salomón.

También le prometió continuar la línea hereditaria en el 

trono de Judá por siempre. David murió aproximadamente 

a los 70 años y fue enterrado en Ciudad de David, 

futura Jerusalén. Gobernó cuarenta años sobre Israel, 

siete en Hebron y treinta y tres en Jerusalén.


David en el judaísmo


En el Judaísmo, el reinado de David representa la 

formación de un Estado Judío coherente, con su capital 

política y religiosa en Jerusalén y la institución de un linaje 

real que culminará en la Era mesiánica. La supuesta 

descendencia de David como hijo de una conversa (Ruth) 

es tomado como prueba de la importancia de los 

conversos dentro del judaísmo. El hecho de que Dios no 

le haya permitido construir un templo perpetuo es tomado 

como prueba del imperativo de paz en asuntos de estado. 

David es también visto como una figura trágica; su 

inexcusable toma de Bathsheba, y la pérdida de su hijo 

son vistas como tragedias centrales en el judaísmo.


Nota del Libro de Rut: Booz se casó con Rut y fueron 

padres de Obed, que fue padre de Isaí e ísaí fue padre de 

David. Por lo que Rut sería la bisabuela del Rey David.







David en el Cristianismo





En el Cristianismo, David tiene importancia como

 el ancestro del Mesías. Muchas Profecías del Antiguo

Testamento indicaban que el Mesías descendería de la 

línea de David; los Evangelios de Mateo y Lucas trazan

 el linaje de Jesús hasta David para completar este 

requerimiento.


David es también relacionado figurativamente

 con Cristo, la derrota de Goliat es comparada con 

la forma en que Jesús venció a Satanás mientras 

estaba en la cruz. 



Más frecuentemente, David es la figura del creyente

Cristiano. Los salmos que escribió muestran a un


Cristiano que depende de Dios, tanto en los momentos 

de adversidad, como en los de gloria y de

 arrepentimiento.


David (Dawud) en el Islam


En el Corán, David es conocido como Dawud , y es 

considerado uno de los profetas del islam, para quien 

fueron revelados por Alah los Salmos de «Zabur». Como 

en el judaísmo, se cuenta que David mató a Goliat 

(Jalut) lanzándole una piedra. La creencia general 

dice que durante su reinado se pusieron los cimientos

 de la Cúpula de la Roca. Los Musulmanes 

rechazan la descripción bíblica de David como

 un adúltero y un asesino, debido a la creencia 

islámica en la infalibilidad y superioridad 

moral de los profetas.

Historia de David


Evidencia Arqueológica




Una inscripción encontrada 


en Tel Dan de c. 850-835 a. C. 

contiene la frase "de David" 

(ביתדוד). "Si la lectura de בית דוד 

[Casa de David] en la estela de 

Tel Dan es correcta... entonces 

tenemos evidencia sólida de que 

en el siglo IX antes de Cristo del 

rey arameo considerado el 

fundador de la dinastía de Judea 

como alguien llamado 

דוד" [David]., la Estela de 

Mesa de Moab, que data de 

aproximadamente el mismo 

período, también puede 

contener el nombre de David, 

aunque la lectura es 

incierta. Kenneth Kitchen ha 

propuesto que la inscripción 

de C. 945 a. C. en la que faraón 

Egipcio Sheshonq I habla 

de "las tierras altas de David", 


pero esta no ha sido ampliamente


 aceptada.


La interpretación de la evidencia arqueológica sobre el 

alcance y la naturaleza de Judá y Jerusalén en el siglo 10 

antes de Cristo es un tema de intenso debate. Israel 

Finkelstein y Zeev Herzog, de la Universidad de Tel Aviv, 

piensan que el registro arqueológico no apoya la opinión 

de que Israel en ese momento era un estado importante, 

sino más bien un pequeño reino tribal. Finkelstein dice


en su documental La Biblia desenterrada (2001): 

"Sobre la base de los estudios arqueológicos, Judá 

se mantuvo relativamente vacía de población 

permanente, muy aislados y marginados hasta 

después de la hora prevista para David y

Salomón, sin grandes centros urbanos y sin 

jerarquía pronunciada de caseríos, aldeas y ciudades. De 

acuerdo con Zeev Herzog  "la monarquía unida de David 


Salomón, que es descrita por la Biblia como un poder 

regional, era a lo sumo un pequeño reino tribal ". 


Por otra parte William Dever, en su ¿Qué hicieron


 los escritores bíblicos y que sabían? sostiene que


la evidencia arqueológica y antropológica apoya el 


relato bíblico de un Estado de Judea en el siglo 


10 antes de Cristo.

Restos de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro de 

la Ciudad de David, se han investigado extensamente en 

los años 1970 y 1980, bajo la dirección de Yigael Shiloh 

de la Universidad Hebrea, pero no se han descubierto 

pruebas significativas de su ocupación durante el siglo 10 

AC. En el año 2005 Eilat Mazar encontró una estructura 

de grandes piedras que, según ella, se correspondería 

con el palacio de David, pero el lugar está contaminado y 

hasta la fecha ha sido imposible determinarlo con 

precisión. En el resto del territorio de Judá y del Israel 

bíblico, no existen inscripciones reales del siglo 10


antes de Cristo, ni evidencia de una burocracia real 


(el equivalente del sello LMLK)  ni inscripciones que


 aporten pruebas al respecto. Investigaciones acerca de la 

localización y cambios en los patrones de asentamiento 

de población han demostrado que entre los siglos 16 y 

8 a. C., período que incluye los reinos bíblicos de David y 

Salomón, la población de la región montañosa de Judá no 

eran más que unas 5.000 personas, la mayoría de ellos 

pastores errantes, con la zona urbanizada entera 

constando de una veintena de pequeños pueblos.


Evidencia bíblica




La cuestión de la historicidad de David se convierte así en 

la cuestión de la fecha, la integridad del texto, la autoría y 

la fiabilidad del 1.er y 2.º Samuel. Desde que Martin North 

formuló su análisis de la tradición deuteronómica eruditos 

bíblicos han aceptado que estos dos libros forman parte 

de una historia continua de Israel, compilados no antes de 

finales del siglo 7 a. C., aunque con la incorporación de 

obras anteriores y fragmentos. Los textos de Samuel 

sobre David "parecen haber sido objeto de dos actos 

separados de revisión editorial". Los escritores originales 

muestran un sesgo en contra de Saúl, y en favor de David 

y Salomón. Muchos años después, los Deuteronomistas 

editaron el material de manera adecuada a sus creencias 

religiosas y mensaje, con la inserción de los informes y las 

anécdotas que reforzaban la doctrina monoteísta. Se 

estima que algún material en Samuel I y II, en especial lo 

tocante a las listas de los funcionarios, sea muy antiguo, 

posiblemente incluso daten de la misma época de David o 

Salomón. Estos documentos estuvieron probablemente en 

manos de los Deuteronomistas cuando se comenzó a 

compilar el material. La evidencia bíblica de David 

viene del libro Samuel (dos libros en la tradición 

cristiana), y del libro de las Crónicas (también 

dos libros en la tradición cristiana) -aunque casi 

la mitad de los salmos llevan por título «Salmo

 de David", estas adiciones son posteriores, ya que

 ningún salmo se puede atribuir a David con certeza 

debido a la falta de evidencia arqueológica-, sin 

embargo, solo Samuel vuelve a contar desde el 

punto de vista teológicos diferentes, y contiene 

poca, si no toda la información disponible allí, 

y la evidencia bíblica de David es por tanto, 

depende casi exclusivamente en el material 

contenido en los capítulos desde I Samuel 

16 a I Reyes 2.

Más allá de esto, toda la gama de posibles

interpretaciones está disponible; John Bright, en su 

"History of Israel" toma los textos de Samuel por su 

valor nominal, mientras que eruditos como Thomas L.

Thompson rechazan la historicidad de los textos bíblicos. 

El profesor Baruch Halpern ha representado a David 

como un vasallo de toda la vida de Aquis, el rey filisteo


Silberman han identificado como la sección más 

antigua y más fiable de Samuel aquellos capítulos que 

describen a David como el líder carismático de una 

banda de forajidos que captura Jerusalén y la hace su 

capital. Steven McKenzie, profesor asociado de la 

Biblia Hebrea del Rhodes College, de Memphis, 

Tennessee, y autor de "King David: A Biography", 

afirma su creencia de que David realmente provenía

 de una familia acomodada, fue "ambicioso y despiadado",

 y un tirano que asesinó a sus oponentes, incluyendo 

a sus propios hijos.



Legado de David


La exultante vida y los hechos de David, son objeto de 

estudios por parte de religiosos de todos los credos 

monoteístas.

El libro de Salmos



En la Biblia, los Salmos de David, en especial el hermoso 

Salmo 23 y el intenso Salmo 51, dejan testimonio de la 

naturaleza humana del rey, su talento para la composición 

poética y la lírica.


Genealogía


Según Ruth 4: 18-22, David es el descendiente 

de la décima generación de Judá, el cuarto hijo del 

patriarca Jacob (Israel). La línea genealógica es la 

siguiente: Judá → Fares  Hezrón → Ram 

 Aminadab → Naasón → Salmon → Booz (el 


marido de Ruth) → Obed →Isaí → David.



El Nuevo Testamento describe en la genealogía de 

Jesús a David y Adán, con tres bloques de catorce 

"generaciones" de cada ser igualmente esquemático. En 

el mundo antiguo, cada letra del alfabeto tenía un valor 

numérico, el valor para el nombre de "David" es de 

catorce años: de las catorce "generaciones", lo que 

subraya la ascendencia davídica de Cristo y de su 

identidad como el Mesías esperado.


Familia de David


David nació en Belén, en el territorio de la Tribu de Judá

Su padre se llamaba Isai. Su madre no se nombra en la 

Biblia, pero el Talmud la identifica como Nitzevet, hija de 

Adael. David tenía siete hermanos y era el menor de todos 

ellos. Tenía ocho esposas: Michal, la segunda hija de rey 

Saúl, Ahinoam de Jezreel, Abigaíl, la carmelita, antes 

esposa del malvado Nabal, Maachâ, hija de Talmai, rey de 

Gesur, Haggith, Abital, Egla y Betsabé, anteriormente la 

esposa de Urías el hitita.

El Libro de las Crónicas proporciona la lista de los hijos 

que David tuvo con sus varias esposas y concubinas. En 

Hebrón, tuvo seis hijos (1Crónicas 3:1-3): Amnón

mediante Ahinoam; Daniel, por Abigail; Absalón, por 

Maachâ; Adonías, por Haguit; Sefatías, por Abital e 

Itream, por Egla. Con su esposa Betsabé, sus hijos 

fueron: Samúa, Sobab, Nathan y Salomón. Sus hijos 

nacidos en Jerusalén por otras madres incluyen: Ibhar, 

Elisúa, Elifelet, Noga, Nefeg, Jafía, Elisama y Eliada 

(2 Samuel 5:14). Según 2 Crónicas 11:18

Jerimot, que no se menciona en ninguno de de
las genealogías, se menciona como otro de 

los hijos de David. 



Según 2 Samuel 9:11, David adoptó a Mefiboset, 

el hijo de Jonathan, su cuñado y su mejor amigo.


David también tenía al menos una hija, Tamar hija de 

Maachâ, que fue violada por Amnón, su medio hermano. 



Su violación conduce a la muerte de Amnón 

(2Samuel 13:1-29). Absalón, hermano de Tamar de la 

misma madre, espera dos años, y después venga a su 

hermana enviando a sus criados para matar a Amnón


en una fiesta que había preparado para todos los 


hijos del rey. (wp)