miércoles, 16 de diciembre de 2015

VIOLENCIA EN LA TIERRA.

Dios odia el derramamiento de sangre






 La violencia se define como "la fuerza física ejercida con el 

propósito de violar, dañar o abusar", 



No cabe duda  que la violencia ha estado presente en la 

tierra desde sus inicios mismos. Para nadie es secreto  de la 

forma descabellada  con premeditación y alevosía  que Cain 

mato Abel.



El corazón del hombre aun en su época inocente como lo 

fue en la de Adan y Eva tenia instinto hacia la maldad. Todo 

sabemos cual fue la reacción de Dios con  Cain cuando 

mato a su hermano, castigos le fueron impuesto por el 

supremo que aun hasta nuestros tiempos nos resultan 

desconocidos, como la marca que identificaría a Cain de los 

demás.



 Una de las cosas que mas enoja y conmueve el corazón de 

Dios es la violencia, a tal grado que la biblia dice que le 

dolió en su corazón haber hecho al hombre, porque el 

corazón del hombre es de continuo al mal.






En Genesis 6:11 leemos que más de mil quinientos años 

después de aquel incidente, la tierra estaba “llena de 

violencia”. De nuevo, ¿cuál fue la reacción divina ante 

aquella situación? Jehová ordenó al justo Noé que 

construyera un arca, la cual los mantendría a salvo a él y su 

familia mientras Él enviaba un diluvio sobre la Tierra para 

‘arruinar’ aquella sociedad desenfrenada (Génesis 6:12-

14,17). Pero...



¿por qué se hizo tan cruel la gente de aquel entonces?

¿Cómo deberían comportarse los cristianos en medio de 


este mundo conflictivo? Encontramos buenas directrices al 


respecto en el relato bíblico sobre dos hijos de Jacob: 


Simeón y Leví. Su hermana Dina buscó la compañía de la 


gente inmoral de Siquem, lo que llevó a que un siquemita la 


violara. En represalia, Simeón y Leví mataron sin compasión 


a todos los hombres de la ciudad. Posteriormente y bajo 


inspiración divina, Jacob maldijo la cólera incontrolada de 


sus hijos con las siguientes palabras: “Simeón y Leví son 


hermanos. Instrumentos de violencia son sus armas de 


degüello. En su grupo íntimo no entres, oh alma mía. Con 


su congregación no vayas a unirte” (Génesis 49:5-6).







En armonía con este consejo, los cristianos evitan 

relacionarse con quienes fomentan o practican la brutalidad. 

Es evidente que Dios odia a quienes la fomentan, pues la 

Biblia menciona: “Jehová mismo examina al justo así como 

al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama 

la violencia” (Salmo 11:5). A los cristianos se les exhorta a 

evitar cualquier forma de cólera incontrolada, incluido el 

abuso verbal (Galata 5:19-12; Efesios 4:31).




Cerca de Mosul, al norte de Irak, encontramos las ruinas de 

lo que fue una gran ciudad: Nínive, la capital del antiguo 

Imperio asirio. Cuando la ciudad estaba en pleno auge, un 

profeta predijo que Dios haría “de Nínive un yermo 

desolado” (Sofonia 2:13). Nínive era conocida como “la 

ciudad de derramamiento de sangre”, y Dios la castigó para 

que sirviera de ejemplo (Naum 1:1; 3:1-6). Como 

demuestran las ruinas de Nínive, Jehová odia a los que 

derraman sangre y los castiga (Salmos 5:6).





Muchos, incluidos los creyentes, piensan que no hay nada 

de malo en responder a las provocaciones con violencia. 

Y millones se entretienen viendo películas y programas de 

televisión repletos de violencia.



Queda demostrado cada día más que el amor está ausente 

en nuestra sociedad. Queda demostrado una vez más que 

nos está ganando la batalla la avaricia y la maldad. Queda 

demostrado que estamos transitando en el camino 

equivocado. Queda en evidencia que estamos perdiendo la 

conciencia. Queda claro que estamos cayendo en el 

descaro. Es lamentable que la ambición y la sed de poder 

nos esté nublando la vista, nos esté opacando los 

sentimientos y nos esté haciendo actuar sin ningún tipo de 

comedimiento. 




Volvamos a la razón, regresemos al análisis 

a la reflexión, rescatemos lo humano...pero sobre todo 

salvemos el amor o estaremos trillando el camino de 

nuestra propia perdición.


Dios nos dejo en su palabra un verso determinante en 

nuestras vidas y si lo ponemos en practica las cosas serian 

diferentes..


Ama a tu projimo como a ti mismo.



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