Sansón
Todos sabemos quien fue Sanson. Cuando eramos pequeños era
una de nuestras historias preferidas, nuestra mente inocente volaba
por el tiempo, imaginando aquel personaje fuerte, poderoso,
guerrero, capaz de vencer el mas numeroso de los ejercitos, pero lo
cierto y triste de esto es que no es la realidad de la historia.
Sanson fue un joven rebelde, desobendiente de sus padres que
nisiquiera escuchaba las suplicas de sus progenitores cuando le
imploraban que no se juntara con personas paganas y menos se
mezclara con sus mujeres. Y mas aun a sabienda que era nazareo,
escogido de Dios para ser Juez y vaya juez que se gastaba el
pueblo, con inclinaciones paganas, atraido por mujeres que aparte
de no ser de su linaje, eran protitutas. Nunca demostro devocion, ni
amor a Dios por haber sido un hombre especial, sino que solo se
acordo de el al momento de efectuar su venganza.
Triste relato, pero cierto y que nos deja tremenda reflexion para
que tengamos cuidado que la gracia y los dones que Dios nos da
los usemos para su gloria, sin olvidar ser siempre agradecidos
A continuacion los dejo con un analisis acerca de quien fuera
uno de los jueces de peor ejemplo en el pueblo de Israel.
Sanson...
Este personaje ha sido objeto de más atención que todos los
otros jueces de Israel anteriores a Samuel (Jue. 13–16). Su
nombre, sûimsûoÆn (Jue. 13.24), se deriva del hebreo
sûemesû, ‘sol’, lo que llevó a algunos estudiosos a sugerir
alguna relación con la mitología del sol, y a equiparar las
hazañas de Sansón con los "doce trabajos" de Gilgamés o
Hércules. En apoyo de este punto de vista se utiliza la
proximidad de Bet-semes al lugar natal de Sansón, Zora, el
hecho de que una de sus demostraciones de fuerza se
produjo "en los días de la siega del trigo" (Jue. 15.1), es decir
aproximadamente a mitad del verano, y su muerte entre las
columnas de un templo filisteo, posiblemente simbólico de la
puesta del sol. Pero difícilmente podemos dudar de la
historicidad esencial del relato bíblico. El nacimiento y la
muerte de Sansón están cuidadosamente documentados, y
hay una estrecha relación con la situación histórica del
momento. Nombres como Sansón aparecen en textos
ugaríticos de los siglos XIV y XV a.C., y es muy probable que
un nombre cananeo común como este también haya sido
ampliamente usado en Israel.
La historia de Sansón ofrece un fondo sumamente valioso en
torno a la primera parte de la opresión filistea. Los filisteos
se establecieron en la planicie costera 1200 a.C., una
generación después de la conquista, y una vez establecidos
trataron de abarcar el territorio montañoso de los israelitas.
La hazaña de Samgar probablemente proporcionó un respiro
temporario (Jue. 3.31), pero la presión filistea y amorrea
combinadas (Jue. 1.34) obligó a parte de la tribu de Sansón,
los danitas, a emigrar hacia el Norte (Jue. 18). El remanente
de danitas, junto con Judá, se vio obligado a soportar cada
vez más el peso de la presión filistea. En esta época la
dominación filistea no era onerosa, y Judá la aceptó sin
objeción (Jue. 15.11). Se realizaba más por infiltración que
por medio de la fuerza, y prometía obvias ventajas a los
pueblos subyugados. La naturaleza insidiosa de la
dominación constituyó una importante amenaza a la
continuidad de la independencia de lsrael. Las actividades de
Sansón fueron significativas a este respecto. En ningún
momento contó con apoyo armado de sus compatriotas, pero
]
su campaña personal hizo resaltar el peligro y evidenció el
conflicto. Aun así, Israel finalmente venció a los filisteos con
suma dificultad. Podemos fechar la época de Sansón 1070
a.C., o sea en la época de Jefté, que se ocupó de la amenaza
amonita (Jue. 10.7), y unos 20 años antes de la doble derrota
de Israel en Afec (1 S. 4.1–11), en el período de desembozada
agresión filistea.
a. Sansón fue hijo de Manoa, cuya esposa, al igual que Sara,
Ana y Elisabet, era estéril. Su nacimiento, como los de Isaac
y Juan el Bautista, fue anunciado por un ángel (Jue. 13.3).
Estaba destinado a ser nazareo (hebreo naµzéÆr; ‘separado’
o ‘consagrado’) desde su nacimiento. Generalmente el voto
nazareo se hacía voluntariamente por un período limitado
(Nm. 6.1–21). Sansón tomó en serio sólo una de las
estipulaciones que requería el voto nazareo, la de su cabello.
A menudo entraba en contacto con cadáveres (por ejemplo
14.8s), y es poco probable que se haya abstenido de beber
bebidas alcohólicas.
Los padres de Sanson vivían en Zora, en la frontera entre
Dan y Judá, en la Sefela, unos 22 km al Oeste de Jerusalén.
b. El primer amor de Sansón (14.1–15.8). Al ver a una mujer
filistea en Timna, 6 km al Suroeste de Zora, exigio que sus
padres arreglaran el matrimonio, a pesar de la oposición de
los mismos. Era natural que se sintieran afectados porque su
hijo había buscado una mujer fuera de la comunidad del
pacto. En la fiesta de bodas utilizó un acertijo para probar a
los treinta jóvenes, que aparecen más como protección
contra Sansón que como invitados (14.11). Presionaron a la
novia de Sansón para que consiguiera la respuesta, a raíz de
lo cual este, enfurecido, mató a treinta filisteos en Ascalón
para pagar la deuda, y luego partió (14.13–1.9). Para no caer
en desgracia, su desposada fue dada a su "compañero"
(14.20). Este tipo de matrimonio no envolvía la cohabitación,
pero cuando Sansón volvió a principios del verano con el
presente que se acostumbraba dar en tal tipo de relación
(15.1), se le negó entrada. Se vengó capturando trescientas
"zorras", probablemente chacales, que a diferencia de los
zorros no son solitarios y son más fáciles de atrapar; ató teas
a sus colas y las soltó (15.2–5). La pérdida ocasionada debe
haber sido considerable en época de cosecha. Los filisteos, a
su vez, tomaron una venganza igualmente cruel contra la
timnita y su familia (15.6). En una creciente escala de
violencia, Sansón se desquitó matando a los filisteos
culpables de este acto (15.7s).
c. El intento de capturar a Sansón en Lehi (15.9–20).
Cuando buscó refugio en la roca de Etam, Sansón fue
prendido por 3.000 hombres de Judá, que estaban
resentidos porque había turbado su pacífica coexistencia con
los filisteos (15.9–13). Su anormal fortaleza le permitió
liberarse y atacar a los sorprendidos filisteos con la quijada
de un asno, arma formidable en manos de un hombre
resuelto (15.14–17). Debilitado por la sed después de su
espectacular éxito, Dios satisfizo mílagrosamente su
necesidad (15.18s). El versículo 20, con su declaración
formal de la investidura de juez de Sansón probablemente
marca el fin de una etapa de su vida.
d. Su caída y muerte (16.1–31). El descontrolado deseo
sexual de Sansón, que a menudo lo obligaba a relacionarse
con prostitutas extranjeras, finalmente lo llevó a la ruina. En
Gaza recibió una advertencia sobre su vulnerabilidad en tales
circunstancias, pero su fuerza poco común le permitió
escapar (16.1–3). Gaza, la más meridional de las cinco
ciudades filisteas, se encontraba a 60 km de Hebrón, pero la
narración puede indicar que Sansón llevó las puertas de la
ciudad hasta un cerro que se encontraba en la dirección
general de Hebrón.
Después de esto Sansón se enamoró de Dalila, cuyo lugar de
residencia en el valle de Sorec estaba justamente por debajo
de Zora (16.4). Ella colaboró con los filisteos, y con fría
tenacidad logró que Sansón le confesara el secreto de su
fuerza (16.5–20). Ciego y humillado, fue paseado como
objeto de burlas en un festival (16.21–27). Por primera vez
vemos un acto religioso de parte de Sansón, y en respuesta a
su plegaria, junto con el hecho de que los filisteos se habían
descuidado y habían permitido que su cabello creciera
nuevamente, Sansón pudo demoler el templo,
probablemente sobrecargado, matándose a sí mismo y a más
filisteos de los que había eliminado en toda su vida (16.28–
31). Como los filisteos formaban una clase gobernante
impuesta a la población nativa, el efecto de esta matanza
tiene que haber sido considerable.
e. Problemas morales que plantean los relatos de Sansón. La
mayor parte de los jueces tuvo fallas morales y religiosas,
pero estas se acentúan considerablemente en el caso de
Sansón, cuya sensualidad, irresponsabilidad y falta de
verdadero sentido religioso son evidentes. Y sin embargo lo
vemos incluido en el catálogo de los héroes de la fe (He.
11.32). Lo que nos deja particularmente perplejos es que una
persona de ese carácter haya estado dotado del Espíritu de
Dios. Una clave de la significación de los capítulos 13–16 es
la ausencia de comentarios religiosamente motivados que
abundan en otras partes del libro de Jueces, como si el
redactor hubiera encontrado innecesario agregar más
comentarios al respecto, ya que la narración en sí es un
elocuente testimonio del bajo nivel moral de la época.
Debemos distinguir entre el nivel de apreciación del israelita
contemporáneo término medio, que aprobaría sin reservas
las derrotas de los odiados filisteos, y el de los hombres de
Dios que finalmente recolectaron las tradiciones israelitas;
estos últimos sin duda habrán notado las fallas de Sansón.
Tampoco debemos proyectar retrospectivamente la clara
relación neotestamentaria entre la guía del Espíritu y la
santidad—la unción carismática veterotestamentaria no
necesariamente traía como consecuencia una vida pura—.
Dios podía utilizar a una persona independientemente de su
calidad de vida. Entre sus improbables instrumentos
tenemos a Balaam (Nm. 22–24), Nabucodonosor (Jer. 25.9;
27.6; 43.10) y Ciro (Is. 44.28; 45.1–4). Podemos cuestionar
el uso de un agente como Sansón, y sentirnos molestos por
los detalles de esta narración bíblica, pero Dios es soberano,
y utilizó a Sansón en la "época oscurantista" de los jueces
para cumplir un papel solitario pero vital.
otros jueces de Israel anteriores a Samuel (Jue. 13–16). Su
nombre, sûimsûoÆn (Jue. 13.24), se deriva del hebreo
sûemesû, ‘sol’, lo que llevó a algunos estudiosos a sugerir
alguna relación con la mitología del sol, y a equiparar las
hazañas de Sansón con los "doce trabajos" de Gilgamés o
Hércules. En apoyo de este punto de vista se utiliza la
proximidad de Bet-semes al lugar natal de Sansón, Zora, el
hecho de que una de sus demostraciones de fuerza se
produjo "en los días de la siega del trigo" (Jue. 15.1), es decir
aproximadamente a mitad del verano, y su muerte entre las
columnas de un templo filisteo, posiblemente simbólico de la
puesta del sol. Pero difícilmente podemos dudar de la
historicidad esencial del relato bíblico. El nacimiento y la
muerte de Sansón están cuidadosamente documentados, y
hay una estrecha relación con la situación histórica del
momento. Nombres como Sansón aparecen en textos
ugaríticos de los siglos XIV y XV a.C., y es muy probable que
un nombre cananeo común como este también haya sido
ampliamente usado en Israel.
I. História
La historia de Sansón ofrece un fondo sumamente valioso en
torno a la primera parte de la opresión filistea. Los filisteos
se establecieron en la planicie costera 1200 a.C., una
generación después de la conquista, y una vez establecidos
trataron de abarcar el territorio montañoso de los israelitas.
La hazaña de Samgar probablemente proporcionó un respiro
temporario (Jue. 3.31), pero la presión filistea y amorrea
combinadas (Jue. 1.34) obligó a parte de la tribu de Sansón,
los danitas, a emigrar hacia el Norte (Jue. 18). El remanente
de danitas, junto con Judá, se vio obligado a soportar cada
vez más el peso de la presión filistea. En esta época la
dominación filistea no era onerosa, y Judá la aceptó sin
objeción (Jue. 15.11). Se realizaba más por infiltración que
por medio de la fuerza, y prometía obvias ventajas a los
pueblos subyugados. La naturaleza insidiosa de la
dominación constituyó una importante amenaza a la
continuidad de la independencia de lsrael. Las actividades de
Sansón fueron significativas a este respecto. En ningún
momento contó con apoyo armado de sus compatriotas, pero
]
su campaña personal hizo resaltar el peligro y evidenció el
conflicto. Aun así, Israel finalmente venció a los filisteos con
suma dificultad. Podemos fechar la época de Sansón 1070
a.C., o sea en la época de Jefté, que se ocupó de la amenaza
amonita (Jue. 10.7), y unos 20 años antes de la doble derrota
de Israel en Afec (1 S. 4.1–11), en el período de desembozada
agresión filistea.
II. Historia Biografica
a. Sansón fue hijo de Manoa, cuya esposa, al igual que Sara,
Ana y Elisabet, era estéril. Su nacimiento, como los de Isaac
y Juan el Bautista, fue anunciado por un ángel (Jue. 13.3).
Estaba destinado a ser nazareo (hebreo naµzéÆr; ‘separado’
o ‘consagrado’) desde su nacimiento. Generalmente el voto
nazareo se hacía voluntariamente por un período limitado
(Nm. 6.1–21). Sansón tomó en serio sólo una de las
estipulaciones que requería el voto nazareo, la de su cabello.
A menudo entraba en contacto con cadáveres (por ejemplo
14.8s), y es poco probable que se haya abstenido de beber
bebidas alcohólicas.
Los padres de Sanson vivían en Zora, en la frontera entre
Dan y Judá, en la Sefela, unos 22 km al Oeste de Jerusalén.
b. El primer amor de Sansón (14.1–15.8). Al ver a una mujer
filistea en Timna, 6 km al Suroeste de Zora, exigio que sus
padres arreglaran el matrimonio, a pesar de la oposición de
los mismos. Era natural que se sintieran afectados porque su
hijo había buscado una mujer fuera de la comunidad del
pacto. En la fiesta de bodas utilizó un acertijo para probar a
los treinta jóvenes, que aparecen más como protección
contra Sansón que como invitados (14.11). Presionaron a la
novia de Sansón para que consiguiera la respuesta, a raíz de
lo cual este, enfurecido, mató a treinta filisteos en Ascalón
para pagar la deuda, y luego partió (14.13–1.9). Para no caer
en desgracia, su desposada fue dada a su "compañero"
(14.20). Este tipo de matrimonio no envolvía la cohabitación,
pero cuando Sansón volvió a principios del verano con el
presente que se acostumbraba dar en tal tipo de relación
(15.1), se le negó entrada. Se vengó capturando trescientas
"zorras", probablemente chacales, que a diferencia de los
zorros no son solitarios y son más fáciles de atrapar; ató teas
a sus colas y las soltó (15.2–5). La pérdida ocasionada debe
haber sido considerable en época de cosecha. Los filisteos, a
su vez, tomaron una venganza igualmente cruel contra la
timnita y su familia (15.6). En una creciente escala de
violencia, Sansón se desquitó matando a los filisteos
culpables de este acto (15.7s).
c. El intento de capturar a Sansón en Lehi (15.9–20).
Cuando buscó refugio en la roca de Etam, Sansón fue
prendido por 3.000 hombres de Judá, que estaban
resentidos porque había turbado su pacífica coexistencia con
los filisteos (15.9–13). Su anormal fortaleza le permitió
liberarse y atacar a los sorprendidos filisteos con la quijada
de un asno, arma formidable en manos de un hombre
resuelto (15.14–17). Debilitado por la sed después de su
espectacular éxito, Dios satisfizo mílagrosamente su
necesidad (15.18s). El versículo 20, con su declaración
formal de la investidura de juez de Sansón probablemente
marca el fin de una etapa de su vida.
d. Su caída y muerte (16.1–31). El descontrolado deseo
sexual de Sansón, que a menudo lo obligaba a relacionarse
con prostitutas extranjeras, finalmente lo llevó a la ruina. En
Gaza recibió una advertencia sobre su vulnerabilidad en tales
circunstancias, pero su fuerza poco común le permitió
escapar (16.1–3). Gaza, la más meridional de las cinco
ciudades filisteas, se encontraba a 60 km de Hebrón, pero la
narración puede indicar que Sansón llevó las puertas de la
ciudad hasta un cerro que se encontraba en la dirección
general de Hebrón.
Después de esto Sansón se enamoró de Dalila, cuyo lugar de
residencia en el valle de Sorec estaba justamente por debajo
de Zora (16.4). Ella colaboró con los filisteos, y con fría
tenacidad logró que Sansón le confesara el secreto de su
fuerza (16.5–20). Ciego y humillado, fue paseado como
objeto de burlas en un festival (16.21–27). Por primera vez
vemos un acto religioso de parte de Sansón, y en respuesta a
su plegaria, junto con el hecho de que los filisteos se habían
descuidado y habían permitido que su cabello creciera
nuevamente, Sansón pudo demoler el templo,
probablemente sobrecargado, matándose a sí mismo y a más
filisteos de los que había eliminado en toda su vida (16.28–
31). Como los filisteos formaban una clase gobernante
impuesta a la población nativa, el efecto de esta matanza
tiene que haber sido considerable.
e. Problemas morales que plantean los relatos de Sansón. La
mayor parte de los jueces tuvo fallas morales y religiosas,
pero estas se acentúan considerablemente en el caso de
Sansón, cuya sensualidad, irresponsabilidad y falta de
verdadero sentido religioso son evidentes. Y sin embargo lo
vemos incluido en el catálogo de los héroes de la fe (He.
11.32). Lo que nos deja particularmente perplejos es que una
persona de ese carácter haya estado dotado del Espíritu de
Dios. Una clave de la significación de los capítulos 13–16 es
la ausencia de comentarios religiosamente motivados que
abundan en otras partes del libro de Jueces, como si el
redactor hubiera encontrado innecesario agregar más
comentarios al respecto, ya que la narración en sí es un
elocuente testimonio del bajo nivel moral de la época.
Debemos distinguir entre el nivel de apreciación del israelita
contemporáneo término medio, que aprobaría sin reservas
las derrotas de los odiados filisteos, y el de los hombres de
Dios que finalmente recolectaron las tradiciones israelitas;
estos últimos sin duda habrán notado las fallas de Sansón.
Tampoco debemos proyectar retrospectivamente la clara
relación neotestamentaria entre la guía del Espíritu y la
santidad—la unción carismática veterotestamentaria no
necesariamente traía como consecuencia una vida pura—.
Dios podía utilizar a una persona independientemente de su
calidad de vida. Entre sus improbables instrumentos
tenemos a Balaam (Nm. 22–24), Nabucodonosor (Jer. 25.9;
27.6; 43.10) y Ciro (Is. 44.28; 45.1–4). Podemos cuestionar
el uso de un agente como Sansón, y sentirnos molestos por
los detalles de esta narración bíblica, pero Dios es soberano,
y utilizó a Sansón en la "época oscurantista" de los jueces
para cumplir un papel solitario pero vital.
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