Si eres un hombre de éxito siempre
habrá persecución.
Una de las cosas que mas atrasan al ser humano es cuando
tiene nuevos proyectos y lo comparte con entusiamo con la
finalidad de encontrar apoyo en aquellos que cree que
puede confiar, pero vaya decepcion cuando esas personas
en las que confiaste son los primero que te hacen la guerra
y si no te haces fuerte y se lo permites pueden a acabar con
tus sueños.
A continuacion les dejo una reflexion que contiene ejemplos
maravillosos de lo que ocurre a diario en nuestras vidas,
ilustraciones del hermano Nicanor Suárez Lozano que al irla
leyendo te vas identificando con su descripcion.
Había un hombre vendiendo cangrejos en la playa y
tenía dos cubos llenos de cangrejos vivos, uno de los
cubos estaba cubierto con una malla y el otro tapado.
Una mujer le preguntó: ¿por qué un cubo lo tapó y el
otro no? Porque vendo dos tipos de cangrejos,
japoneses y argentinos. El cangrejo japonés siempre
trata de salirse del cubo, y si uno no llega hacen una
cadena, se apoyan unos a otros y todos logran salir, por
eso tuve que ponerle una tapa. Los cangrejos
argentinos también tratan de escaparse, pero cuando
uno trata de saltar, los de más abajo lo agarran y así
ninguno escapa.
Había un rey que quería saber qué era peor si ser tacaño o
ser envidioso, tomó a dos personas y les dijo: “Les daré
todo lo que me pidan pero al otro le daré el doble.” Entonces
el envidioso dijo: “A ver si entendí bien rey, ¿todo lo que te
pida me lo darás pero al otro le darás el doble?”, Si, dijo el
rey. El envidioso le dijo al avaro: “Pida usted primero”;
“Faltaba más, dijo el avaro, primero están los caballeros.”
Que sí, que no; entonces el envidioso dijo: “ok, yo pido
primero, que me saquen un ojo”
La envidia es un deseo de destruirte, de odio. Las muertes,
las violaciones, las estafas, los engaños, los maltratos
vienen por la envidia. Caín mató a Abel, por envidia.
La envidia destruye, busca perseguir, tratará de destruirte a
través de la persecución abierta o de la descalificación y la
El envidioso hablará mal, te descalificará y, si no logra meter cizaña
a través del chisme, te calumniará.
¿Cuál es la diferencia entre chisme y calumnia?
El chisme tiene algo de verdad y algo de mentira, pero la calumnia
es toda mentira.
Cuando te digan: “Lo que yo te digo no es para criticarte”, “Te lo
digo…, pero no para destruirte”, es porque te quieren destruir. La
afirmación en una conversación es porque la persona lo tiene en su
mente de lo contrario no necesita aclararlo.El envidioso dice: “¡Ojo!
No lo digo para que te vaya mal” y, en el fondo, es lo que está
deseando.
Aprende a escuchar lo que la gente dice.
El que te descalifica con palabras siempre tratará de buscar
amigos, hablará con otros para envenenarlos, porque el envidioso
no quiere que triunfes y querrá hacerte su aliado para que te
enfermes. La envidia siempre enferma.
La envidia corroe los huesos, dice Salomón.
Hay gente que ha sufrido artrosis, reumas y demás, por envidias.
Hemos ministrado a personas en sanidad interior que perdonaron y
dejaron de envidiar, entonces Dios los sanó porque la base de su
enfermedad eran los pensamientos de envidia.
La envidia amarga el espíritu , dice Santiago.
Cuando alguien descalifica a otro y te envenena, no es para
bendecirte sino para que sufras y no alcances la bendición.
Dios pone gente bendecida cerca de mí para:
1- Observar mi reacción.
¿Qué sentís cuando otro te dice: “me aumentaron al triple el
sueldo”; “me puse de novia con un modelo, tiene casa, dinero y me
trata bien”?
¿Te molesta que hablen bien de otro? ¿Qué sentís cuando el otro
se compró su coche y tu no tienes ni la rueda de una bicicleta?
-Samuel, el profeta, llegó a la casa de Isaí para ungir al primer rey
de Israel, y dijo al padre: “Que vengan tus hijos” Por cada uno que
pasaba, el Espíritu Santo le decía: “Este no es”. Pasados todos,
Samuel preguntó: “¿Hay otro más? Isaí respondió: “Sí, uno que
está con las ovejas”, entonces Samuel pidió que viniera y al ver a
David lo ungió como rey delante de sus hermanos.
¿No hubiera sido mejor ungirlo en privado? ¿Por qué lo ungió
delante de la gente?
Antes de bendecirte, Dios primero ungirá a otro para observar la
reacción de tu corazón. Si reacciona en bendición recibirás lo
mismo que viste en el otro.
2- Ver si celebro las bendiciones.
-Abel y Caín le llevaron ofrenda a Dios y Dios aceptó, delante de
Caín, la ofrenda de Abel. ¿No sabía Dios de antemano que Caín
era un asesino, entonces por qué aceptó la ofrenda de Abel delante
de su hermano? Porque si Caín sabía celebrar la bendición de su
hermano, la misma bendición hubiera caído sobre él.
Sé inteligente, cuando alguien prospera, mejora, avanza, Dios está
mirando tu reacción. Si hay crítica, chisme, celos, envidia,
persecución, no estás habilitado para recibirla aún.
-José le dijo a los hermanos “Tuve un sueño, voy a gobernar el
mundo, las naciones” Y los hermanos lo tiraron al pozo. ¿Por qué
se lo contó? Porque Dios le dijo que si ellos sabían celebrar la
bendición también la recibirían.
José terminó como esclavo, limpiando una casa, pero nunca sintió
envidia, un día llegó la esposa del amo y lo sedujo, y tampoco José
tuvo envidia a pesar de estar sólo, y cuando Dios probó durante
diecisiete años que José no tenía envidia, lo halló habilitado para
recibir toda la bendición.
Celebrar las bendiciones de mis compañeros, anticipa que esas
bendiciones vendrán a mí.
3- Aprender a lograrlo.
Si alguien me cuenta su logro, no es para envidiarlo sino para
inspirarte.
El envidioso mira el coche que tienes pero no ve cuánto te costó
tenerlo; mira el final no mira el proceso. El que se inspira, el
inteligente, en cambio, mira el proceso no el final.
Por eso, si Dios pone a alguien con una familia mejor que la tuya o
un logro mejor, no es para humillarte sino para que te inspires y
desees analizar cómo lo logró.
Cada logro de otro es un desafío para mí.
Envidia quiere decir: “mirar mal”; admiración es “mirar a”.
¿Cuál es la diferencia? Envidiar es “te miro para destruirte”,
admirar: “te miro para aprender cómo lo lograste.”
Al oír una crítica, tenemos que observar si el crítico logró más que
su víctima y seguramente que no logró más, por eso lo critica.
El que descalifica, calumnia es porque tuvo menos logros por eso le
da rabia del brillo de otro. El bendecido está cerca de mí para que
yo aprenda y motivarme.
Por ejemplo,
-Llega un compañero nuevo al trabajo, “toda escoba nueva barre
bien”, él trabaja y te vende, te mueve el piso, porque tu tomabas
té todo el día.
-Tienes diez años de líder y llega uno que se convirtió hace seis
días y prospera, gana gente… ¿Qué pasa?
Dios los pone para sacarte del conformismo y para estimularte a
“ir por más.”
Hay diferentes bendiciones:
Bendiciones privadas:
Son aquellas que Dios te da y nadie se entera.
Bendiciones públicas
Por ejemplo si te pones de novio, te casas,
tienes un hijo o un coche, eso es público, no lo puedes ocultar.
Súper - archi - bendiciones: todos recibieron una casa en la Tierra
Prometida pero Caleb recibió una montaña.
Si recibes una montaña todos se van enterar, hasta los que no
quieres, toda la ciudad se enterará: tus compañeros de trabajo, tus
enemigos, tus jefes.
¿Cómo Dios te da la montaña?
El pueblo de Israel salió de Egipto para ir a la Tierra Prometida,
cuando llegaron a un punto en el desierto, no quisieron seguir hacia
delante, pensaron cortar camino y pedirle a los edomitas, que eran
sus primos, los dejaran pasar.
Israel viene de Jacob y los edomitas, que ya estaban viviendo en
esas tierras, eran hijos de Esaú, pero los dos hermanos se odiaban.
Cuando Israel llegó, los de Edom no los dejaron pasar, entonces
Israel dijo que no pelearían porque eran hermanos, fueron por otro
lado, subieron y libraron una pelea que el pueblo de Dios ganó.
En ese lugar faltaban sesenta kilómetros para llegar a la Tierra
Prometida , y Moisés consultó a Dios si debían seguir, y le
respondió: “No. Deben volver para atrás.”
Muchas veces nos ocurre esto, estamos a punto de alcanzar una
bendición grande pero no llega, y parece que vamos para atrás.
Israel volvió a bajar, porque no podían pasar por Edom, debieron
dar una vuelta y subir nuevamente.
¿Por qué Dios les dijo que bajen?
Porque si ellos, que habían vencido esa batalla, seguían de largo,
los domitas envidiosos volverían a atacarlos.
Enseñanza:
Las grandes bendiciones Dios te las dará de a poco para que tus
enemigos no te destruyan a causa de la envidia.
Dios te cuidará en las grandes bendiciones, en los sueños grandes.