"Bienaventurados los que lloran"
Llámese escape, desahogo, debilidad o como
quieras, pero una de las expresiones emocionales
más hermosas que Dios le ha dado al ser humano
es... "llorar".
Quizás usted encontrará esto extraño, pero
gracias a esa expresion que puedo llamarle
casi "sublime", personas han salvado
sus vidas.
No importa las causas que lo motiven, llora es
una especie de "exfoliación del alma"
Cristo declara que felices son los que lloran, algo
que a primera vista pareciera una contradicción.
Pero al meditar sobre este pasaje uno llega
a la conclusión de que no solamente no
son incompatibles, sino que además es la
receta divina para la felicidad.
Empecemos con la palabra
"llorar".
En el Nuevo Testamento existen 9 palabras
diferentes para expresar tristeza. La palabra que
Jesús emplea en Mateo 5:4 es la más fuerte de las
nueve. "Bienaventurados los que lloran"Expresa
el lamento de un corazón quebrantado. Pocas
veces lo experimentamos, o mejor dicho para
muchos a menudo no nos permitimos
experimentar esta clase de tristeza.
¿Quiénes, entonces, son los consolados (con
tristeza bíblica) y quiénes los no consolados
(con quebranto del mundo)? Principiemos con
los no consolados, quienes lloran pero no según
la voluntad de Dios. Estos no recibirán
consolación por ese llanto pues.
a- Lloran por cosas frívolas o superficiales.
Todos hemos conocido personas que se
entristecen porque por ejemplo, perdió su
equipo favorito. Es lícito apenarse, pero
no esperar consolación de Dios.
b- Lloran por no haber podido satisfacer un
profundo deseo, como en el caso de Amnón,
que hasta se enfermó y lloró por desear
sexualmente a Tamar (2 Samuel 13), o el rey
Acab, que se entristeció por no poder conseguir
la viña de Nabot (1 Reyes 21:4).
c- Llorar por las consecuencias del pecado,
no por el pecado en sí. Se puede entender el
caso de Judas al estudiar la palabra
"arrepentimiento" (Mateo 27:3 RV) en el griego.
La idea es que no se arrepintió según la Biblia,
sino que sintió remordimientos por las
consecuencias de lo que hizo (véase
también Proverbios 5:11-12).
d- Llorar creyendo que al hacerlo se puede
conquistar el favor de Dios. Es común no sólo
en el cristianismo sino también en otras
religiones.
Pasamos ahora a los consolados, quienes
lloran según la voluntad de Dios es decir el
llanto que está de acuerdo a la voluntad divina.
a- Quienes lloran porque el alma humana
se conmueve ante eventos tristes, y también
por las tribulaciones temporales y otras
pruebas en la vida cristiana.
b- Quienes lloran debido a su pecado personal,
sienten la profunda separación que ha causado
entre Dios y ellos, y reconocen su miseria
espiritual. Así lloran por verdadero
arrepentimiento...
(Salmo 32:3-5; 51:1-3; Apocalipsis 3:17).
c- Quienes lloran debido a los pecados de otros
y el estado pecaminoso de la sociedad en general.
Jesús, por ejemplo, lloró sobre Jerusalén
(Lucas 19:41) y al llegar a la tumba de Lázaro.
¿Qué diferencias habría en mi vida si me
convirtiera en uno que llora según
la voluntad de Dios?
a- Estaría más conforme a la imagen de Cristo
porque la Biblia dice que Cristo era "varón de
dolores y experimentado en quebranto"
(Isaías 53:3).
b- Sería una persona más santa. No habrá
llanto por el propio pecado sin que ello
conduzca al arrepentimiento genuino.
c- Sería una persona de acción. Las lágrimas
bíblicas se convierten en acción (2ª Corintios
7:11). Detrás de cada entidad cristiana hay
alguien que lloró por la condición de la sociedad.
Martín Lutero lloró por la falta de fe sincera
en la iglesia, y produjo la reforma.
Juan Wesley.
lloró por la falta de disciplina en la vida de los
creyentes. William y Catherine Booth lloraron
por la condición de la gente pobre en Londres,
y principiaron el Ejército de Salvación.
Cuando Luis Palau era un joven en su
Argentina natal, pasó horas y aun días en la
presencia de Dios, afligido por la situación
espiritual de la gente en América Latina.
Quizá usted nunca sea un Booth, un Lutero,
o un Palau pero le aseguro que un corazón
quebrantado producirá acción, acción según
la voluntad de Dios. No sé qué significa
específicamente para usted. Tal vez sea
consolar a una persona, escribir una carta,
llamar a alguien por teléfono, ser parte de un
comité, aceptar un cargo en la iglesia, o iniciar
un equipo evangelístico. Sea lo que fuere,
no podrá quedarse inactivo.
d- Seríamos personas felices, bendecidos.
Quienes saben llorar sabrán regocijarse.
¿Existe algo que puedo hacer para llegar a ser
una persona que sienta tristeza bíblica?
a- En primer lugar, no podemos fingirlo.
Los lectores del primer siglo estaban
familiarizados con los "enlutados profesionales",
un grupo de personas que se ganaban la vida
llorando por otros. El llanto que Jesús describe
en el Sermón del Monte es un llanto genuino.
b- Entender que la tristeza bíblica y el gozo
del Señor pueden convivir en la misma persona.
Hoy día hay quienes a toda costa intentan evitar
toda agonía y tristeza. Se debe a un concepto no
bíblico que considera la tristeza y el gozo como
cosas incompatibles.
Otros imaginan que no existe solución para su
tristeza y por lo tanto están sin esperanza, otro
concepto que no proviene de Dios. Encontramos
una frase interesante en la Biblia: "rehusó ser
consolado" Génesis 37:35.
c- Para llorar según la voluntad de Dios debemos
ver la vida con los ojos de Dios, y saber lo que
quebranta el corazón de Dios. Para hacerlo no
existen atajos, vías cortas ni fórmulas fáciles.
Debemos pasar tiempo con:
LA CONSOLACIÓN DE DIOS
Jesús termina esta bienaventuranza, diciendo:
"porque ellos recibirán consolación". Para los
que están afligidos, es alentador ver cómo
Dios consuela.
a- Por el Espíritu Santo en el corazón del
creyente. El salmista afirma: "Cercano está
Jehová a los quebrantados de corazón; y salva
a los contritos de espíritu". Salmo 34:18.
b- Por las promesas de la Escritura.
Pablo garantiza que "... Las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza
se escribieron, a fin de que por la paciencia
y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza" Romanos 15:4.
c- Con los grandes himnos de la fe cristiana.
Son los pensamientos y las promesas de Dios
a los que se añadió música. La gran mayoría
de los himnos que han perdurado y son tan
queridos, fueron escritos en épocas de
angustia de los autores.
d- Por medio de la oración del cristiano.
Cuando estaba angustiado en el jardín, Jesús oró
Mateo 26:36-44.
e- Por medio de otros cristianos.
2ª Corintios1:3,7.
f- Con la consolación final en el cielo
Apocalipsis 21:4.
CONCLUSIÓN
Es mejor llorar, estar quebrantado y afligido
por una tragedia, que nunca tener que llorar y
ni tener el privilegio de experimentar el
consuelo de Dios.
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