viernes, 19 de mayo de 2017

MEDITANDO EN SALMOS 27





Sea Jehova nuestro temor








Jehová es mi luz y mi salvación; 

¿de quién temeré?



    Jehová es la fortaleza de mi vida; 

¿de quién he de atemorizarme?


Cuando se juntaron contra mí los 

malignos, mis angustiadores y mis 

enemigos,



Para comer mis carnes, ellos 

tropezaron y cayeron. 

Aunque un ejército acampe contra mí,


No temerá mi corazón;


Aunque contra mí se levante guerra,

Yo estaré confiado. 

Una cosa he demandado a Jehová, 

ésta buscaré;



Que esté yo en la casa de Jehová todos los

 días de mi vida,


Para contemplar la hermosura de Jehová, 

y para inquirir en su templo. 


Porque él me esconderá en su tabernáculo 

en el día del mal;



Me ocultará en lo reservado de su morada;


Sobre una roca me pondrá en alto. 

Luego levantará mi cabeza sobre mis


 enemigos que me rodean,



Y yo sacrificaré en su tabernáculo 


sacrificios de júbilo;


Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.


Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;



Ten misericordia de mí, y respóndeme.



Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.



Tu rostro buscaré, oh Jehová;



No escondas tu rostro de mí.



No apartes con ira a tu siervo;


Mi ayuda has sido.


No me dejes ni me desampares, Dios 

de mi salvación.



Aunque mi padre y mi madre me 

dejaran,


Con todo, Jehová me recogerá.


Enséñame, oh Jehová, tu camino,



Y guíame por senda de rectitud


A causa de mis enemigos.


No me entregues a la voluntad de 

mis enemigos;



Porque se han levantado contra mí 

testigos falsos, y los que respiran crueldad.



Hubiera yo desmayado, si no creyese que 

veré la bondad de Jehová



En la tierra de los vivientes.



Aguarda a Jehová;



Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;


Sí, espera a Jehová.




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